sábado, 26 de abril de 2008

Cuando el Alien llegó a la Tierra era poco más que una hojita en el viento. No era capaz de influir sobre el mundo más que pasivamente: "lloro, a ver si aparece la teta". Un día, en el baño, descubrió que si movía las piernecitas el agua se agitaba y el patito se ponía a su alcance, gracias a las corrientes caóticas. Otro día, más adelante, descubrió que si contraía al unísono ciertos músculos de la cara (creando lo que los terrícolas llamamos "sonrisa") era capaz de poner de buen humor a todos los que la rodeaban. Luego descubrió sus propias manos, el mando a distancia, el tenedor y un montón de herramientas más. Cada vez iba influyendo sobre el mundo con métodos más y más elaborados. Hace poco ha descubierto un sonido poderoso, un sonido capaz de, por sí solo, cambiar el mundo que la rodea. El "no". Ya no es el mundo el que impone sus reglas. Ahora, el Alien tiene un montón de proyectos de ley, y parece decidida a sacarlos adelante.


El Alien declaró: "No, no. Nononononono. ¡No! Noooooooo. ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NOOOOOOO! Jejejeje."


martes, 22 de abril de 2008

Tenía que pasar

El Alien, que es más trasto que Zipi, Zape, Shin-chan y Chicho Terremoto juntos, decidió comprobar la resistencia al impacto de la pared del salón de casa. La pared, como era de esperar, no cedió, pero la cabecita del Alien sí. Con el susto en el cuerpo y la sangre cayéndole a mares por la cara, vio que en la tele estaban poniendo un capítulo de los Little Einsteins, y se puso a cantar con ellos. De camino al hospital seguía cantando la canción. Después de que le arreglaran la herida (fue fácil: ellos eran cinco y el Alien sólo una), le dijo "adiós" a la doctora y siguió cantando.

La Nave Nodriza está preocupada porque al Alien le quede una cicatriz. Yo no dejo de preguntarme cuándo volverá a intentar romper algo con la cabeza.


El Alien declaró: "Ya le tengo echado el ojo al mueble de la tele, que parece menos resistente que la pared".


jueves, 3 de abril de 2008

Guapaketekagas

Será pasión de padre, pero qué guapa es mi niña.


El Alien declaró: "No sé en qué canon de belleza te basas para afirmar eso. Me pasaré por El Diario de Feacia y les preguntaré, a ver qué me espetan y/o me dicen".


Mocos, presa, gotitas, desconfianza

Hasta hace unos días, el Alien ha estado malita. Tenía mocos, no respiraba bien y por eso ni dormía como es debido (sus catorce horas diarias de siempre) ni tenía el humor cantarín que la caracteriza. El pediatra, que es un señor funcionario de esos que sólo piensan en trienios, moscosos y pagas extraordinarias, le recetó unas gotas. Esa misma noche, después del baño, se las echamos. Para hacerlo tuvimos que sujetarla. Ella no quería. Se revolvió y luchó como una jabata, y casi consigue librarse de la presa [nota friki: sacó 7 éxitos en su tirada de Fuerza+Pelea contra los 8 que saqué yo, gracias al gasto de un punto de FV]. Desde esa noche, me mira con desconfianza. Es una sensación horrorosa.


El Alien declaró: "Te perdono. Sé que lo hiciste por mi bien, neonazi asqueroso".