sábado, 26 de abril de 2008

Cuando el Alien llegó a la Tierra era poco más que una hojita en el viento. No era capaz de influir sobre el mundo más que pasivamente: "lloro, a ver si aparece la teta". Un día, en el baño, descubrió que si movía las piernecitas el agua se agitaba y el patito se ponía a su alcance, gracias a las corrientes caóticas. Otro día, más adelante, descubrió que si contraía al unísono ciertos músculos de la cara (creando lo que los terrícolas llamamos "sonrisa") era capaz de poner de buen humor a todos los que la rodeaban. Luego descubrió sus propias manos, el mando a distancia, el tenedor y un montón de herramientas más. Cada vez iba influyendo sobre el mundo con métodos más y más elaborados. Hace poco ha descubierto un sonido poderoso, un sonido capaz de, por sí solo, cambiar el mundo que la rodea. El "no". Ya no es el mundo el que impone sus reglas. Ahora, el Alien tiene un montón de proyectos de ley, y parece decidida a sacarlos adelante.


El Alien declaró: "No, no. Nononononono. ¡No! Noooooooo. ¡NO! ¡NO! ¡NO! ¡NOOOOOOO! Jejejeje."


3 comentarios:

Letichan dijo...

Ya sabes lo que siempre he pensado del "No": es imprescindible saber decirlo para ser libre. El Alien va por buen camino.

Ashep dijo...

Ella te diría que no a eso.

Por cierto, corrijo: el Alien no dice "no" a todas horas. Dice "oh, no". Es muy divertido ver a la gente mirarnos por la calle cuando me la echo a los hombros (como no le gusta que la cojan, la cojo a modo de "castigo" ). Vamos andando y ella va diciendo "¡oh, no! ¡oh, no! ¡oh, no! ¡oh, no! ¡oh, no! ¡oh, no!", como si la llevara al patíbulo o algo así.

meri dijo...

Y con un tonito de voz que engancha "oh, noo"